11 jul 2014

Bryce Canyon National Park (2)

Una vez realizado el recorrido a pie por los bordes del anfiteatro de arenisca excavada por los elementos (descrito en la anterior entrada sobre Bryce Canyon), descendimos hacia el corazón de estas formaciones rocosas para tener una visión totalmente diferente, desde la perspectiva opuesta.


Pero antes, unas breves notas sobre este parque:
Se encuentra en el estado de Utah, sobre el amplio altiplano que constituye la placa del Colorado, a altitudes superiores a los 2000 m.
Igual que ocurrió en el Zion N.P., los mormones se instalaron en esta zona a mediados del siglo XIX y parece ser que el nombre del lugar se debe al primer colono que se estableció de forma definitiva en él, llamado Ebenezer Bryce.

Si observamos las fotos de la anterior entrada, nos damos cuenta enseguida de que Bryce Canyon no es un cañón, ni nada que se le parezca, pues no hay río alguno que haya excavado el terreno en su recorrido... En fin, otra de esas denominaciones erróneas que permanecen en el tiempo y no merece la pena corregir.
En realidad, no es más que una amplia zona de roca arenisca que ha sido erosionada intensamente por las aguas de lluvia, la nieve y el viento, a lo largo de millones de años.

Bajando hacia el interior del anfiteatro Bryce

Los diferentes grados de resistencia en distintas partes de las rocas, da como consecuencia formas caprichosas muy llamativas.
La estructura geológica más característica son las "chimeneas de hadas" o "hoodoos", típicas de lugares con rocas poco resistentes a la erosión.


Desde las profundidades del anfiteatro, con menos luz, las rocas van tomando un color más rojizo.


Desde abajo se puede apreciar la magnificencia de estos monumentos naturales.

Las ardillas siempre se mueven cerca de los turistas, sabiendo que acabarán recibiendo algo comestible.
Después de mucho mirar, he llegado a la conclusión (con las debidas reservas) de que se trata de d Spermophilus lateralis, la denominada "ardilla de manto dorado",  una especie autóctona de los bosques del oeste de USA.

En fin, Bryce Canyon ha sido una extraordinaria sorpresa, un descubrimiento impensable, un monumento de la naturaleza que te deja con la boca abierta.


Sólo me queda una pena: no haber podido acercarme con el equipo fotográfico adecuado y al amanecer... la visión debe ser absolutamente increíble.